Tanto gatos como perros tienen un comportamiento alimentario muy distinto al del humano, que incluye diferencias desde la percepción sensorial hasta el rol social que juega la comida.
En el aspecto sensorial, es importante entender que gatos y perros (a diferencia del hombre) poseen muy poco desarrollo del sentido del gusto, siendo el olor el principal criterio de selección de su alimento.
Ofrecer un alimento húmedo (enlatado) que sea completo y balanceado, es una forma de potenciar la palatabilidad a través de un intenso aroma y una textura diferente,
características que si son relevantes para los regalones de la casa.